Mano | Inspección

El paciente se sienta con las manos y antebrazos apoyados sobre una mesa, con el examinador frente a él.

Es importante conocer la anatomía de superficie y la movilidad normal de la mano y la muñeca. La mano presenta dos superficies, una dorsal y una palmar. El término palmar se debe usar hasta el pliegue de la muñeca y proximal a él se prefiere utilizar el término volar. Así también se utiliza el término radial y ulnar para referirse a lateral y medial, respectivamente. La palma tiene dos eminencias, tenar e hipotenar, las que contienen los músculos intrínsecos del pulgar y del dedo meñique, respectivamente. Se denominan intrínsecos los músculos que se originan e insertan en la mano. El término extrínseco se utiliza para los músculos que se originan fuera de la mano, pero se insertan en ella, como los músculos flexores de los dedos.

Al examinar un paciente, la evaluación de la mano debe considerar la identificación de signos patológicos o de anatomía anormal, como eritema, aumento de volumen, atrofia muscular u otras deformidades evidentes. En este momento también se puede evaluar la función autonómica, valorando si la piel está seca y los fanéreos tienen un desarrollo normal y simétrico. Puede haber deformidades evidentes, como por ejemplo, la deformidad en flexión de la articulación metacarpofalángica del meñique o el déficit de extensión de la articulación interfalángica distal, en mallet finger o mallet fracture.